Me complica un poco hablarles de él por el hecho de que no puedo ordenar las ideas e imágenes que me acompañan a diario, las cuales son muchas. Chiculin como le decía la tía Cecilia era un niño muy regalón e inteligente, tímido la mayoría de las veces cuando no conocía a la gente pero super diablo cuando estaba con los papas y/o los abuelos. Tuvo un niñez hermosa y alegre, amado por sus tíos, abuelos, primos, amigos y vecinos, alcanzó a disfrutar de todo lo que un pequeño quisiera tener, ya que sin saber lo que deparaba el destino, siempre de mi parte y su mamá (Claudia) estuvimos dispuestos a entregarle lo mejor de cada uno, en todo aspecto.
El tiempo paso volando hasta que llego el año 2001 y posterior a las vacaciones, empezó a sentirse cansado y enfermo, con muchos síntomas gastrointestinales, fiebre alta y un decaimiento que realmente preocupaba (no quiero entrar en detalles, si algún día ustedes quieren saber yo les cuento).
Le diagnosticaron cáncer un día 6 de Abril y entre tratamientos y operaciones varias, su cuerpecito no resistió más y voló muy alto a encontrarse con nuestro Padre el 25 de Noviembre de ese mismo año a la edad de 5 años.
Partió muy tranquilo y sin dudas que en su viaje celestial, encontró la paz y libertad que se habían hecho esquivas el último tiempo.
Generalmente trato de no hablar mucho de Jorgito pero siento que ustedes deben saber de él y la hermosa huella que dejo en mi vida y la familia.
Constanza, quisiera decirte que tienes una sonrisa maravillosa, casi calcada a la de tú hermano, tu boquita esta dibujada por la misma generosidad de la naturaleza y cuando te ríes muchas veces he visto a mi pequeño en ti.
Dominga, sin dudas que el carácter de Totito vive en ti, esa mezcla de dulzura y mal humor son característica propia de tú hermano mayor.
Como podrán apreciar, Dios me ha premiado con ustedes; en mis mellizas me entrego una mixtura ideal de Jorgito... y lo más importante: Me devolvió la alegría de vivir
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